El Mongol Rally es y será uno de mis mejores recuerdos. Haber compartido esta experiencia con Isidoro y Alberto ha sido muy importante para mí.
Viajar por lugares que nunca habíamos imaginado, compartir anécdotas y experiencias juntos, nos ha enriquecido como persona a los tres.
Ya han pasado más de siete meses de la foto que nos sacamos en la entrada de Ulán Bator y todavía me emociono al recordar ese momento. También de la caravana que formamos junto con "Los Naranjitos" y "Los Bigs Brothers" hasta la línea de meta, y que no dejó indiferente a ninguna persona que nos vio pasar.
El "Xemongol" queda atrás, ojala que alguien en Alzira tome el relevo, y así poder ayudarle a conseguirlo y a que pueda disfrutar como nosotros de un logro tan importante. Un logro que nunca podremos olvidar.
Aunque el Mongol Rally no solo nos ha dejado recuerdos. Buenos amigos con los que compartimos miles de kilómetros también están en nuestras mochilas. Amigos como "Los Big Brothers" que han venido a visitarnos estas fiestas a Alzira.
Vinieron a Alzira, una ciudad que no habían visitado nunca pero que la conocían a la perfección. Ni bien llegaron nos dijeron: "¿Vamos a cenar a lo de Amadeus?" ó "¡Esa empresa fue la que les rotuló el coche!", haciendo referencia al cartel de Ficxa de la plaza Mayor.
Ya cenando, comenzamos a recordar anécdotas. Una muy graciosa fue cuando al "brother" Edu en Uzbekistán lo sometieron a un control de alcoholemia. El policía los paró y les pidió el pasaporte. Abriéndolo se lo acercó a la boca y con gestos extraños comenzó a soplar. Luego se lo puso en la boca a Edu, acercó la nariz al otro extremo y con la mano parecía pedirle que hiciera lo mismo que había hecho él. Edu sopló y según el olfato del policía uzbeco, no había bebido. ¡Está claro que la anécdota contada en primera persona es mucho más graciosa!
Recordar las discusiones entre los policías rusos y estos dos murciano nos sacaron más de una carcajada. Además fueron (certificado por todos los otros equipos) el único equipo que no pagó ningún tipo de "multa" a ningún policía. El presupuesto para ese apartado lo tenían en cero y así se quedó.
Buenos amigos con los que disfrutamos a lo largo de 15000 kilómetros y con los que ahora podemos compartir cosas nuestras, como son las fallas, o bien a nuestra gente.
Algo muy lindo también, es recordar todo el apoyo recibido por parte de la gente de Alzira, desde el Ayuntamiento a cada una de las personas que nos compraron chapitas. A todos, patrocinadores y amigos, ¡Gracias!
Ver en la calle a gente que lleva la camiseta del equipo es algo increíble, o formar parte de los libros de fallas con nuestra historia no tiene precio. Ahora con los días pasando me doy cuenta que el viaje, el esfuerzo, la implicación, los nervios y el no saber a donde voy: han valido la pena.
Y aunque el tiempo pase, y los recuerdos y las anécdotas quedan atrás, nos vemos obligados a buscar otros alicientes de aventura. Ahora surge qué hacer el próximo verano, a dónde viajar, qué conocer para seguir llenando la mochila de experiencias, el disco duro de fotos y la mente de sensaciones.
Porque cuando uno vuelve de cualquier sitio, ya no vuelve a ser el mismo. Crecemos, maduramos, nos abrimos, valoramos, disfrutamos más de lo nuestro o de lo que tenemos cerca, porque lo lindo de viajar es descubrir todo lo que no sabemos, toda la ignorancia que a veces no nos deja disfrutar o nos hace creer que el mundo comienza y acaba en uno mismo.
Gracias al equipo Xemongol por dejarme formar parte de él. A toda la gente de Alzira que convirtió al equipo de tres "locos" que salieron rumbo a lo desconocido, en "Tot un poble en moviment". Y a todos los medios de comunicación de Alzira y en especial al Ojo Valentino que se implicó difundiendo la historia, ¡Gracias!